Tuvo el privilegio de ser una mujer ejemplar: trabajadora incansable, luchadora firme ante las adversidades y, sobre todo, amorosa sin medida. Fue el corazón de su familia y un pilar de fortaleza que dejó huellas imborrables en cada vida que tocó.
Su partida deja un vacío imposible de llenar, pero también un legado de dignidad, valores y amor que vivirá por siempre en la memoria de quienes la conocieron.
A ti, Gonzalo, y a toda tu familia, les expreso mi más sincero pésame. Que Dios les conceda consuelo, fortaleza y paz en este momento de profundo dolor.
Con aprecio y respeto,
Ángel González Feliz
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