El secretario general del Partido de la Liberación Dominicana, Reinaldo Pared Pérez formuló un llamado a la prudencia y al comedimiento del liderazgo nacional en momentos en que la indisciplina e intereses grupales e individuales arropan a la entidad política fundada por Juan Bosch.
Y es que la lucha por el poder entre las tendencias del presidente Danilo Medina y Leonel Fernández mantiene enfrentada a la dirigencia al más alto nivel y a funcionarios públicos.
“La prudencia, el comedimiento y la sensatez son las mejores aliadas en un dirigente político. Eso creo. La acción y la actuación tienen sus momento”, comentó Pared Pérez en su cuenta de twitter.
Pared Pérez promueve su proyecto presidencial, es presidente del Senado y le queda poco tiempo para su labor como secretario general del PLD.
La principal cabeza dirigencial del PLD es Leonel Fernández, quien tampoco cuenta con tiempo para asuntos partidarios porque sus esfuerzas están concentrados, junto a una parte de los comité Político y Central a ganar la nominación presidencial y derrotar al poderoso sector del presidente Medina, quien quiere cuatro años más.
El sector mayoritario en el PLD lo lidera el jefe del Estado y “sus muchachos” buscan a toda costa modificar la Constitución e imponer la reelección presidencial, en una lucha frontal con el sector de Fernández.
La tendencia de Medina tiene frente abiertos a lo interno del PLD, con las iglesias, organizaciones de la sociedad civil y ahora con legisladores norteamericanos, encabezados por el senador Bob Menéndez.
DIVISIÓN PLD. Ante este panorama, el aspirante a la nominación presidencial y miembro del Comité Político,
Temístocles Montás, está convencido de que el PLD se encamina a una división de continuar el sendero por el que va.
Entiende que para poder retener el poder en las elecciones del 2020 se requiere de un gran acuerdo entre Danilo Medina y Leonel Fernández, asumiendo el compromiso de dar paso a otro aspirante presidencial.
La profunda confrontación interna en el PLD) ha dejado al desnudo otra peligrosa amenaza que pende sobre la poderosa maquinaria electoral y quiebra uno de sus pilares históricos esenciales: la disciplina.
Por tradición, en el PLD no se permitía la disidencia (so pena de ser expulsado) y las diferencias se dirimían a lo interno.
Ahora las redes sociales constituyen los medios por excelencia para “sacarse los trapitos al sol”, con ataques y contra ataques 24-7.
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